A muchos niños les desagrada el sabor de la leche y en ese caso, no debemos forzarlos. Debemos buscar una alternativa que les aporte lo que necesitan y les resulte agradable. Algunos pequeños prefieren agregarle chocolate en polvo, vainilla u otro saborizante, en ese caso, no hay problema.
Se le puede incorporar lo que sea, siempre que sea en una cantidad pequeña y evitando adicionar azúcar. Pero si aún así los niños no quieren tomarla, se pueden cambiar por preparaciones con un alto contenido de leche.
Para reemplazar la leche en el desayuno y la merienda, se puede optar por un postre saludable a base de frutas con leche. Existen varias opciones: licuar frutas que al niño le gusten con la leche, colocar en un recipiente y congelar, o servir al natural. También se puede cambiar por yogur natural o de sabores.
En las comidas, se puede incorporar queso en diferentes presentaciones a todas las preparaciones. El queso rallado y el queso crema son los más elegidos, ya que pueden agregarse a todo tipo de alimentos y quedan muy sabrosos. Las salsas para pastas también pueden hacerse a base de leche o queso crema, y quedarán ricas y saludables.
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