Asegúrate que tu dieta sea sobre todo muy variada. Que sea rica en frutas, verduras, cereales y legumbres. Una dieta rica en leche y lácteos, preferiblemente semidesnatados o desnatados.
Que las grasas no superen el 30-35% de las calorías totales. Utiliza siempre que puedas aceite de oliva extra-virgen, tanto en crudo como en la cocina. Asegúrate de que incluir grasas omega 3.
Que las grasas saturadas no superen nunca el 10% del total de las grasas. Realiza un consumo moderado de proteínas. Incrementa tu consumo de pescado. Asegúrate de beber entre 1,5 y 2 litros de agua diarios.
Consumo moderado de bebidas alcohólicas y sal. Evita el tabaco. No olvides realizar alguna actividad física diariamente.
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