No le prestes mucha atención a las comidas saludables que has comprado. Come las comidas con el resto de la familia, así actúas como modelo para ellos. Haz que la hora de la comida sea placentera para hablar y no para dar sermones ni reprimendas. No comas frente a la televisión.
Llena tu cocina con alimentos saludables para el almuerzo y las meriendas, y guarda las galletas fuera del alcance de la vista. Reconsidera la forma en que comes y compras. Haz que tus comidas principales sean los vegetales, frijoles y pasta, con carne como acompañamiento. Sirve meriendas saludables y porciones pequeñas en las comidas.
Deja que tus niños participen de la planificación de las comidas, de las compras y de la preparación de las comidas, meriendas y almuerzos escolares. La experiencia indica que los niños generalmente comen las comidas que preparan. No uses alimentos como premio o castigo.
Ayuda a que tu niño piense en las elecciones de comidas saludables en los lugares que come tales como la cafetería escolar o los restaurantes de comidas rápidas. Elige porciones pequeñas, comparte acompañamientos, guarda la mitad de la cena de un restaurante para el almuerzo del día siguiente.
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